Soluciones
para los cristianos
sobre
su salud mental.
Los cristianos somos una de las poblaciones más desatendidas a nivel de salud mental.
Ni nos vale cualquier terapeuta, ni nos sirve la autoayuda, porque necesitamos una psicología que no choque con nuestra cosmovisión cristiana.
Ya es tiempo de abordar los problemas de salud mental sin tener que dejar la fe fuera de la consulta, ¿no crees?
¿Cómo lo hacemos? Con terapeutas cristianos que entendemos la perspectiva de los pacientes que también lo son.
Saber qué sucede y abordarlo, es el comienzo hacia vidas más plenas.
Quizás te sucede esto...
Lo estás pasando mal y sufres.
Quieres estar bien, pero eres cristiano y no te atreves a pedir ayuda psicológica profesional, aunque sospechas que la necesitas.
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"¿Será que no confío en Dios si lo hago?"
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"¿Y si el psicólogo me aparta de mi fe?"
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"¿Podrá entenderme si le cuento TODO?"
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"¿Será compatible su consejo con lo que creo?"
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"Mejor me guardo lo de mi fe, porque no me va a entender".
¿Te resulta familiar? Si esa es la situación, tu problema continúa sin resolver y empeora. A veces, también como cristianos, llegamos a círculos viciosos autodestructivos por no tener la ayuda correcta, ¡pero no tiene por qué ser así!
Uno de mis textos favoritos (Salmo 54:4) dice "He aquí Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida".
Escoge personas y profesionales que puedan acompañarte y orientarte frente al dolor emocional, sin tener que dejar tu fe a la puerta de la consulta.
Es que,
cuando el cristiano sufre,
esos dos asuntos
ya están mezclados".